lunes, 28 de mayo de 2012

LA EDUCACIÓN COMO LIBERACIÓN SOCIAL


INTRODUCCION TEMATICA

La educación es producto del proceso de socialización de la sociedad en su conjunto, la educación nació desde la aparición del hombre a través de las diferentes necesidades que tuvo: alimentación, protección, comunicación, integración, etc., buscó las soluciones de sobrevivencia y a partir de ello nació el aprender de la experiencia y de esta manera  la enseñanza pasó de generación en generación, hasta lograr una cultura propia.
En este trabajo se refleja el acontecer histórico y social que ha tenido la educación hasta nuestros días y de manera primordial en nuestro país.
La educación en México ha vivido grandes cambios en las últimas décadas, a pesar de la notable diferencia en las distintas regiones del país; durante el año 2005, el nivel de educación primaria en México estaba muy cerca de lograr la universalización.
Durante el período que abarca los años de 1901 hacia 2000, el siglo XX, la educación en México se vio envuelta en grandes proyectos educativos nacionales.
Podemos pues  conceptualizar a la educación como, la transmisión de la experiencia social, comunitaria y cultural del hombre, de generación en generación, en todo el proceso de formación del individuo y su preparación para participar activa y creativamente en la vida productiva y cultural de su país.

                                             



 

DESARROLLO TEMATICO
Educación se puede definir como un proceso de enseñanza- aprendizaje   que se desarrolla a lo largo de toda la vida, que forma de manera integral a las personas, ayudándolas a desarrollar sus capacidades.
                                                   







Se puede dar en instituciones privadas o en cualquier ámbito de la sociedad. Cabe destacar que existen dos tipos de educación en la sociedad, como lo son: la educación sistemática, la que se imparte en la escuela, sin excluir a la educación espontánea, pues las dos van de la mano, La educación tiene objetivos sociales, culturales y cognitivos.

Es importante tener claro que la educación propicia el descubrimiento del entorno, ayuda a conocer lo que nos rodea y a quienes nos rodea, partiendo de nosotros mismos, de nuestros sentimientos. Existe una realidad que no puede dejarse escapar como lo es que en muchos países existe la educación escolar gratuita.
Reconocemos una estrecha conexión entre la reelaboración y apropiación del pasado y la intervención de la escuela en la socialización de las jóvenes generaciones. Este nexo es especialmente fuerte cuando se interroga el pasado reciente, una tarea que carga de tensiones la labor del docente.
Es casi imposible que las conclusiones de la investigación académica no tengan repercusiones sobre las batallas de ideas en el terreno político e ideológico, al mismo tiempo que éstas inciden sobre la labor de los historiadores y de los profesores.
En las primeras tres décadas de vida independiente la educación sirvió de instrumento al grupo en el poder para formar al futuro ciudadano de acuerdo a los ideales de los gobernantes en turno. Cada dirigente le imprimió las características que a su juicio creyeron que era lo mejor y como el país se debatía entre liberales y conservadores la educación se sometió a estos ires y venires. A pesar de esta inestabilidad hay algo importante que es necesario resaltar: ambos grupos políticos daban a la educación la responsabilidad de “sacar” al país del atraso y estado de ignorancia en que se encontraba.
Ser estudiante en el siglo pasado era en nuestro país un verdadero privilegio y se pensaba que era suficiente saber leer y escribir, realizar las operaciones fundamentales, agregándose conocimientos sobre Catecismo cívico y religioso y una introducción a la historia patria.
Dichos estudios fueron una mezcla de ciencia, religión y moral a través de un riguroso método memorístico pretendiendo siempre el enciclopedismo.
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La educación buscó fomentar el amor a la patria y una conciencia de nacionalidad para contribuir a la defensa del territorio, como consecuencia de la realidad del momento. Se pretendió formar un hombre para la vida en libertad.
La educación recibió el impacto del liberalismo y a partir de Juárez el positivismo, el cual vino a ser la filosofía de Estado en el Porfiriato. Resulta curioso como Juárez liberal, adopta para organizar la educación nacional la filosofía positivista bajo la dirección de Gabino Barreda.
Podemos afirmar que en la época porfirista la educación superior se distingue por ser elitista y enciclopédica con tendencia a la perfección en cuanto a la práctica de la profesión.
Es a consecuencia de la Revolución Mexicana que la educación va a recibir un cambio que se venía sintiendo en la última década del porfiriato. Ya a principios del presente siglo jóvenes intelectuales habían fundado el Ateneo como búsqueda de un nuevo cauce por donde encaminar el pensamiento y romper con el estatismo y frialdad del positivismo decimonónico.
Es precisamente uno de los fundadores del Ateneo, José Vasconcelos, quien va a darle vida al nuevo estilo educativo. Le inyecta un sentido nacionalista, panamericano, humanista inspirado en el pensamiento grecolatino, cristiano junto con el pasado español e indígena. Ve en la fusión de estos dos grupos la base para la creación de lo que según él formaría parte de la Raza Cósmica. Encuentra en el mestizaje nuestra realidad por la que había que ir al rescate de lo rescatable de nuestro pasado y, actualizado, aplicarlo a la realidad de ese nuevo México. En este marco de ideas es que aparece el lema “Por mi raza hablará el espíritu”. No era necesario buscar en otros países las soluciones a nuestros problemas, había que recurrir a nuestro pasado en forma inteligente.
El Vasconcelismo logró adoptar una escuela en concordancia con la Revolución Mexicana. Se iniciaba la reconstrucción de México con una educación revolucionaria que unía el pensar con el hacer.

Aspecto por demás interesante es el sexenio cardenista y la educación socialista. Proyecto educativo implementado por Plutarco Elías Calles, “Jefe Máximo de la Revolución”, quien organiza una plataforma política con el fin de trazar un Plan Sexenal, el cual contempla el nuevo giro que se le dará a la educación.









  



Cárdenas hace suya la problemática educativa, acepta la versión socialista del artículo 3°, le imprime su estilo populista y la utiliza como control político de las masas campesinas.
Según el prestigiado maestro de aquélla época Don Rafael Ramírez las finalidades de la escuela socialista era política, económica, social, racionalista y cultural. Afirmaba que la escuela debería imprimírsele cierta orientación o tendencia para alcanzar los fines señalados por lo que proponía que fuera tendenciosamente racionalista, igualitaria, desfanatizante, proletaria progresiva, funcional y activa “queriendo indicar con esto último que la enseñanza debe arrancar de las necesidades y conducir a la satisfacción de las mismas y en donde se aprendan las cosas haciéndolas, para que sean ellos mismos... los agentes de su propia educación”. (Guevara, 1985: 143)
Explica que la escuela socialista en Rusia se inspira en los “centros de interés” teniendo como modelo la siguiente trilogía: naturaleza, trabajo y sociedad. Cree que para las condiciones de México lo apropiado sería integrar el programa de educación primaria “por diferentes materias de enseñanza”, dándole un nuevo enfoque en especial a la historia, la cual deberá fundamentarse en un criterio materialista que permita al estudiante comprender que los “acontecimientos históricos obedecen fundamentalmente a causas de orden económico”. (Guevara, 1985: 146)
La Educación Socialista podemos considerarla como un “experimento” que se sintió especialmente en el campo, sacudió las conciencias, sirvió de enlace entre pueblo y gobierno facilitando la implantación de los proyectos oficiales, cometió errores o excesos que terminaron en enfrentamientos. Lo que más llama la atención es el pretender establecer una escuela socialista en una sociedad capitalista. Verdadera contradicción, sobre todo si se acepta que la sociedad hace a la escuela y no a la inversa.
La presencia del Dr. Jaime Torres Bodet en la SEP en los sexenios de Ávila Camacho y López Mateos va a imprimirle un nuevo sello a la educación. En la primera gestión promueve la modificación del artículo 3° y en términos generales a él se debe la actual redacción y en el gobierno de López Mateos su obra comprende múltiples aspectos.
En el terreno pedagógico, según Álvarez Barret, los fines de la escuela primaria en ese entonces eran 1.- educación del niño física, moral e intelectual; 2.- mejoramiento de la comunidad y 3.- transmisión de la herencia cultural. En cuanto a la metodología señala diferentes formas de enseñanza; a unos los llama métodos lógicos que propician la búsqueda del conocimiento mediante la investigación; otros, los didácticos, encargados de la transmisión de conocimientos: analítico, sintético, inductivo y deductivo. Afirma que la esencia y principal misión de cualquier método didáctico “es motivar al niño”. (Meneses, 1988: 477) Este didactismo propició la formación de un maestro de normal enmarcado en una tarea artesanal y mecanicista según el investigador Carlos Muñoz Izquierdo.
En este periodo se propone el “método de globalización de la enseñanza”, fundamentado en las peculiaridades del desarrollo infantil (sincretismo). “Este procedimiento o método de unidad de pensamiento y acción se llama: métodos de los centros de interés”, lo que hacía que los programas de 1961 se integrara “por una selección de centros de interés cuyas divisiones no son materias o asignaturas sino grupos de interés vitales ligados entre sí”. (Meneses, 1988: 478)
Por último este influyente pensador critica el “verbalismo” y el afán “libresco”, afirmando que el primero es problema de todas las épocas y el segundo es un valioso auxiliar que debe ser utilizado inteligentemente.
En esta breve revisión del desarrollo educativo del país se distinguen etapas con problemas propios que afectaron y determinaron los alcances de la educación. Encontramos figuras destacadas por sus propuestas revolucionarias en cuanto a la educación: José María Luis Mora, Gabino Barreda, Justo Sierra, José Vasconcelos y Jaime Torres Bodet, pensadores que no solo caracterizaron una época sino que imprimieron su sello en la vida de las instituciones y de los mexicanos.

Actualmente hablamos de una descolonización como un instrumento para la liberación de la sociedad, sin embargo, esa estructura clasista, racista y oponente se convierte en una herramienta política ideológica al pie de la humanidad que no deja del progreso ni desarrollo de un proyecto de país. Por ello, las experiencias y exigencias de vida individual, familiar, comunal y social está en pos de su progreso para discernir una educación propia orientada a su contexto viviencial y la liberación de las mayorías sociales e indígenas.

En México el derecho a la educación es parte de las garantías individuales que la Constitución otorga a sus habitantes. Además, según la Ley General de Educación (LGE), ''todos los habitantes del país tienen (sic) las mismas oportunidades de acceso al sistema educativo nacional, con sólo satisfacer las disposiciones generales aplicables" (artículo 2). Esta segunda aseveración -que en sus términos es errónea- debe interpretarse como un mandato de que todos los habitantes de México tengamos las mismas oportunidades de recibir educación. Sin embargo, para poder alcanzar la igualdad, y por tanto un derecho a la educación verdadero, es imprescindible reconocer que existe una amplia y compleja diversidad entre las personas. Por ello, Observatorio examina en el presente comunicado la situación que guarda el derecho a la educación en la legislación mexicana, así como la noción de igualdad de oportunidades educativas, temas que por su importancia debieran impulsarse para su discusión en la agenda educativa nacional.
La ley exige a los mexicanos que envíen a sus hijos o pupilos menores de edad a las escuelas públicas o privadas, con la finalidad de que cursen la educación primaria y secundaria obligatoria para todos (artículo 31 constitucional, fracción I, y artículo 4 de la LGE). Sin embargo, no existe ninguna sanción para el incumplimiento de este precepto. Ahora bien, el que los padres de familia no cumplan esta obligación no se debe en la mayoría de los casos a decisiones voluntarias, sino a un conjunto de factores culturales, sociales o económicos que impiden hacerlo.  Por eso es preocupante que tampoco se haya legislado para obligar al Estado a proporcionar a quienes sufren las consecuencias de estos factores los apoyos necesarios para contrarrestar los efectos de los mismos. En realidad, las medidas que el Estado ha adoptado con este propósito no han sido el resultado de una clara legislación al respecto.

  


                                                             




 
                                                









CONCLUSION TEMATICA
El papel de la sociedad en la educación de un país es de vital importancia para una educación de excelencia.
 Es de primera necesidad que los padres de familia se interesen en la educación de sus hijos, pero de una forma coordinada con los encargados de impartir el conocimiento en los planteles públicos de educación.
Se puede observar que las relaciones entre los padres de familia y los maestros se han ido deteriorando con el paso del  tiempo.
Los padres han modificado la manera de preocuparse por la educación de sus hijos.  Anteriormente el padre de familia presionaba a su hijo a estudiar en la casa, se preocupaba por que cumpliera con sus compromisos escolares e inculcaba respeto por la figura del maestro. Ahora parece lo contrario. Se preocupan más por la forma que el maestro cumple con su función que ver a sus hijos realizar la tarea, se molestan por las cuotas que solicitan los maestros sin darse cuenta que todo ese dinero se utiliza en beneficio de sus hijos.
Es necesario que la sociedad retome su verdadero papel, preocuparse por sus propios hijos en su casa. Educarlos en la verdad y el respeto por sus maestros y no devaluar la imagen de los educadores frente a sus hijos. Es necesario que padres y maestros luchen unidos por el bien de los niños y, en consecuencia, del país.
En nuestra opinión, la responsabilidad mayor es la de los padres, pues son el contacto primario de sus hijos con la educación. Además, los niños pasan más tiempo en casa que en la escuela. Los padres deberían preocuparse más de como gastan el tiempo sus hijos en casa viendo televisión o jugando videojuegos, que de cómo trata de educarlos el maestro. Y la responsabilidad del maestro es permanecer constantemente actualizado para brindar una educación de calidad como requiere el país. Una educación que fomente el libre pensamiento, el respeto por las personas y las instituciones, el gusto por la lectura y el amor por México y todo lo que representa el país. El maestro tiene la responsabilidad de ser congruente con lo que enseña y su forma de comportarse, a fin de dar un muy buen ejemplo.

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